domingo, 5 de abril de 2009

El mismo Button, otra Fórmula Uno


El inglés consiguió su 2do triunfo seguido. El GP de Malasia fue detenido por un aguacero


Mentiras de poca monta, justicia tardía, arrebatos, operaciones de prensa, guiños al mercado con caóticas consecuencias y pretensiones de reacción corporativa ofreció la Fórmula Uno en menos de una semana. Y en el medio, casi como perdido, hubo un retazo de Gran Premio, en Malasia, segunda fecha del 60º Campeonato Mundial. Una porción, poco más de la mitad, se entregó en Sepang antes de que la carrera fuese declarada como concluida luego de haber estado 50 minutos detenida con bandera roja.

Jenson Button estaba sentado en el Brawn BGP 001-Mercedes-Benz, sin el casco ni la capucha antiflama, cuando le comunicaron que los comisarios finalmente habían dado la carrera por terminada convirtiéndolo otra vez en ganador.

El alemán Timo Glock esperaba en su Toyota TF109 vestido y concentrado como para volver a capear el temporal cuando tomó nota de que su segundo podio en Fórmula Uno estaba confirmado. En cambio, Mark Webber, australiano y miembro activo de Grand Prix Drivers Association, una suerte de sindicato de pilotos, seguía dando vueltas por la recta de Sepang arengando a sus colegas contra la reanudación de la prueba y Kimi Räikkönen, tan despreocupado como suele estar por todo, con chomba y bermudas, comía un helado y destapaba una lata de gaseosa en el paddock luego de que Ferrari decidiera retirar su F60 por otro problema con el KERS no bien flameó el trapo rojo.

Entre los escasos saldos deportivos que dejó la competencia sobresalen la solidez de Brawn, los vaivenes de Toyota y Williams, los artificios de Alonso, el hambre de Hamilton y el desconcierto en Ferrari. El caos que provocó una lluvia anunciada pero de comienzo incierto no hizo gran mella en el andar de los coches de Ross Brawn.

Cuando perdió la punta en la partida, Button, que cayó hasta el cuarto lugar al cabo de un par de curvas, tejió con paciencia su vuelta a la cima demorando la primera detención en boxes como estocada para superar a Jarno Trulli y Nico Rosberg. Alonso, que saltó de noveno a tercero usando la ayuda del KERS en los metros iniciales, había sucumbido ante el Brawn número 22 antes del final del primer giro. La lluvia, primero como chaparrón, convocó masivamente a boxes, donde la mayoría eligió neumáticos para aguacero extremo ante la previsión meteorológica.

Sin embargo, la descarga mayor se demoró y como la pista no estaba empapada varios volvieron a los garages para calzar gomas intermedias. Fueron media docena de vueltas en las que parecía ganar el desconcierto y todos pretendían sacar alguna ventaja. Ferrari, por caso, había montado las Bridgestone con dibujo extremo en la F60 de Räikkönen cuando aún no había empezado a llover.

Ese manotazo estratégico, casi echando la carrera a suerte, no funcionó por la tardanza de la precipitación. Cuando cuatro giros después empezó a lloviznar, el campeón 2007 ya había perdido mucho tiempo y varios puestos rodando sin adherencia. Button emergió otra vez adelante cuando el temporal obligó sí a entrar a boxes por neumáticos para lluvia torrencial. Entonces se mezcló el pelotón, Glock acortó su distancia con la punta, se arrimó Barrichello y Nick Heidfeld sacó provecho de su menor cantidad de paradas.

Ante la cortina de agua que inundó la pista y cierta cerrazón aún más elocuente por el horario de la competencia, la carrera fue neutralizada con auto de seguridad y, una vuelta más tarde, detenida con bandera roja. Como no se llegó a cumplir con los dos tercios del recorrido, entonces otorgó la mitad de los puntos.


Como antecedente de una competencia tan corta, se recuerda el Gran Premio de Australia de 1991, en las calles de Adelaïde.

También por lluvia, la carrera duró 14 de las 81 vueltas previstas y Ayrton Senna, coronado como tricampeón desde la fecha anterior, fue declarado vencedor. Aquella era otra Fórmula Uno, una que se permitía correr en el horario central de cada país.

Ahora, la preocupación por la audiencia europea llevó a terminar las carreras al atardecer, como ocurrió en Melbourne, o directamente a competir de noche (Singapur).

Como se largó a las 17 de Sepang, cuando el temporal amainó ya no había tiempo -ni suficiente luz- para una reanudación. Antes de la próxima fecha, la Corte de Apelaciones decidirá sobre los mentados difusores que los denunciantes también tienen listos en sus fábricas.

Mientras se espera otro capítulo de esa saga, el inocuo incidente entre Hamilton y Trulli detrás del auto de seguridad en Albert Park creció en espiral. En plena era de la información, con la FIA monitoreando las comunicaciones de los equipos y los espectadores como testigos digitales registrándolo todo para compartirlo luego en Internet, el campeón y McLaren mintieron a los comisarios deportivos sobre los pormenores de la maniobra que inicialmente había derivado en una injusta sanción al italiano.

Más grave que la desclasificación, es la certeza de que Hamilton y Dave Ryan, dos empleados de McLaren, engañaron a las autoridades. Uno, la estrella de 24 años, ocupó la sala de prensa de Malasia para brindar excusas públicas, despegarse el barro y endilgarle la responsabilidad al director deportivo. Al otro, reputado con 35 años de servicio, le colgaron el cartel de chivo expiatorio suspendiéndolo de sus funciones.

Esta es otra Fórmula Uno. Una en la que domina el equipo que hace un mes completaba sus primeros kilómetros de ensayos, corre con autos denunciados como antirreglamentarios y en dos carreras ha sumado más puntos que los cosechados por Honda en las dos temporadas anteriores.

Esta Fórmula Uno tiene a Ferrari, el campeón de constructores, sin puntos después de dos Grandes Premios: se trata del peor arranque desde 1992, cuando sus autos tampoco anotaron en las dos primeras fechas (Sudáfrica y México), con la salvedad de que en aquella época sólo sumaban los seis primeros clasificados y ahora -desde 2003- hay puntos para los ocho de adelante. La Fórmula Uno ha cambiado. Quién sabe si para bien.

Fuente: ESPNDEPORTES

No hay comentarios:

Publicar un comentario